viernes, 30 de septiembre de 2011

jueves, 29 de septiembre de 2011

Diario / La bestia

Ilustración de Triunfo Arciniegas
Triunfo Arciniegas
LA BESTIA

16 de septiembre de 2011

Madrugué a dar de comer a las siete cabezas de la bestia. En BIOGRAPHIES subí Aurelio Arturo, The Poet of Paradise Lost, un texto de María Mercedes Carranza. Ya viene Aurelio Arturo a KISS y DE OTROS MUNDOS. En BIOGRAFÍAS subí James Nachtwey, fotógrafo de guerra. Tengo dos o tres entradas en inglés sobre este magnífico fotógrafo, pero nada en español hasta el momento. Marco Chamorro me regaló en Quito la película sobre su peligroso oficio. En DRAGON subí un texto sobre Stasys Eidrigevičius, un ilustrador lituano que vive en Polonia, toda una curiosidad y un gran artista, absolutamente desconocido entre nosotros.
En KISS estoy con la segunda tanda de Pablo Neruda. Esta mañana subí The Dead Woman. Pronto tendremos otra semana de Neruda en DE OTROS MUNDOS. En una semana precisamente se cumplen 38 años de su muerte.
En MESTER DE BREVERÍA continúo publicando textos brevísimos de Julio Cortázar. Después del novenario en DE OTROS MUNDOS, Cortázar sigue presente en MESTER y DRAGON. Ya publiqué dos entradas y tengo listas cinco más. Su biografía en español se acerca a los veinte enlaces.
En DE OTROS MUNDOS continúo la semana de Darío Jaramillo Agudelo. Un poeta grande, una excelente persona, un poeta vivo. Es una maravilla poderle expresar de esta manera el afecto y la admiración. Le pedí permiso (no todo es robado en el ciberespacio) y por correo electrónico lo he mantenido al tanto. Me dice que le encantan las ilustraciones. Y a la gente le encantan las ilustraciones, por supuesto, pero sobre todo su poesía. Vive y vivirá en las entrañas de los enamorados. En la Feria del Libro de Bogotá Darío Jaramillo presentó uno de mis libros, El último viaje de Lupita López, y fascinó a todo el mundo. Así que hasta hoy he subido de Darío a DE OTROS MUNDOS Tres poemas, Tu lengua y Yo huelo a ti. Siguen en turno Tu voz, Sé que el amor no existe y Primero está la soledad. Remataré la semana con Diatriba y loa sobre Pablo Neruda, y de esta manera iniciaré la semana de homenaje a Pablo Neruda. Esta vez no se trata de poemas suyos sino de textos ajenos sobre su vida y su obra.
Y, por último, en FICCIONES subí Cuadernos de Literatura, el libro que hizo sobre mi vida y mi obra la Biblioteca Nacional de Colombia, con ensayos de renombrados críticos colombianos, tapas y reseñas de mis libros, fotografías mías, entrevista y otros asuntos, con diseño de Camila Cesarino y dirección editorial de María Fernanda Paz Castillo. Todo un manjar, todo un regalo para los lectores, que pueden conectarse con ISSUU y bajar el libro a su computador. Este es el primero de tres regalos. Los otros dos son Cuerpo de amor herido  (poemas) y Entre la magia y el silencio (fotografías).


Ilustración de Triunfo Arciniegas

20 de septiembre de 2011

Hoy preparé entradas de Oscar Wilde y Patti Smith. De Oscar Wilde tenía una entrada sobre la biografía que acaba de salir en Londres The Tragic and Scandalous Life of Mrs Oscar Wilde. De hecho, ya publiqué una nota en inglés en DRAGON, donde también pueden leerse algunos de sus cuentos. Di con Oscar Wilde esta mañana porque estaba buscando temas adecuados para el blog de René, profesor de inglés en un colegio de niños de Cúcuta. Subí a su blog este fin de semana The Selfish Giant y su respectiva traducción al español, El gigante egoísta, y aproveché el impulso para preparar una semana de homenaje (la reseña de The Tragic and Scandalous Life, algunos epigramas y sus cuentos para niños) en DE OTROS MUNDOS, una semana que el lector tendrá que esperar porque hay demasiado material represado.
La semana pasada encontré un PDF con algunas páginas de Éramos unos niños, de Patti Smith, sus memorias de juventud, su historia de amor con el fotógrafo Robert Mapplethorpe. Hice el dispendioso proceso de pasar el texto a Word, que a veces lleva más tiempo que digitar el texto directamente. Luego encontré unos fragmentos del mismo libro y una entrevista de Patti Smith, y ya tengo casi una semana para “la Madrina del Punk”. De paso, alisté su biografía en inglés. Con Just Kids, la rockera ganó el premio más prestigioso de EEUU, el National Book Award, toda una consagración para una muchacha que comenzó como empleada en una librería de Manhattan y que soñaba con tener su propio libro en una de las estanterías. Se me escurre la baba por este par de libros, el original y su traducción al español, porque no me basta con las ediciones digitales como tampoco me conformo con el amor virtual. En carne y hueso, en papel y tinta, como en los viejos tiempos.
         El fin de semana estuve trabajando en los cuentos de García Márquez. En estos diez años he recogido suficiente material. Me gustaría hacer una semana de homenaje a Gabo con textos ajenos.
En MESTER DE BREVERÍA (Tema para un tapiz) y DRAGON (Hopscotch) vive y reina Julio Cortázar. Ya casi acabo por ahora en MESTER. En cambio, en DRAGON apenas empiezo. No es mi culpa. Como dicen de la voz de Gardel, este cronopio cada día escribe mejor.
Hoy terminó en DE OTROS MUNDOS la semana de Darío Jaramillo Agudelo y con él empezó la semana de Pablo Neruda. Darío escribe un texto preciso y precioso sobre el Neruda de nuestros días, sin la hojarasca política, sin la fantasía de estrella de rock que lo acompañó casi toda su vida. Es un gran poeta, no hay duda, pero hay que excavar duro y parejo para encontrar los tesoros. Me quedo con Residencia en la tierra, Confieso que he vivido, algunas odas y uno que otro poema. Neruda escribió tanto. En 1951 sus Obras completas abarcaban 449 apretadas páginas y en 1962 la cifra se había disparado a 1925. En 1968 el poeta alcanzaba el record de 3237 páginas en dos volúmenes. En 1973, año de su muerte, estaba trabajando simultáneamente en siete libros, que pensaba publicar meses más tarde como parte del festejo de sus setenta años.

Ilustración de Triunfo Arciniegas

26 de septiembre de 2011

Ya entró a los blogs en inglés Aurelio Arturo, uno de nuestros grandes poetas. En BIOGRAPHIES, una semblanza escrita por María Mercedes Carranza y traducida por Nicolás Suescún, The poet of Paradise Lost, y en KISS, Word. En DRAGON, Gilberto Arturo escribe sobre la poesía de Aurelio Arturo. Como estos blogs son más leídos fuera de Colombia, sobre todo en Estados Unidos, vale la pena presentar al poeta de Morada al sur. En uno de sus primeros viajes a Colombia, hace unos quince años, le recomendé la obra de Aurelio Arturo al escritor mexicano Francisco Hinojosa. No la conocía. Se entusiasmó tanto que la compró de inmediato. Pagó con tarjeta. Tengo el recuerdo de su rostro mientras buscaba la tarjeta de crédito en el bolsillo, cerca del corazón. Voy a conseguirme una de esas, pensé, y me pareció un sueño ir de país en país y poder pagar con una tarjeta lo que a uno quiera. Años después vi en un libro de poemas de María Baranda, mujer de Hinojosa hasta hace un par de años, un epígrafe de Aurelio Arturo y me recorrió un aire de satisfacción.  
Con emocionada visita y fotos de Isla Negra termina el homenaje a Pablo Neruda. Hace treinta y ocho años y cinco días dejó sus residencias en la tierra: La Chascona en Santiago, La Sebastiana en Valparaíso, y la más conocida de todas, Isla Negra, frente al mar. No es isla ni es negra, pero es la isla más famosa del mundo. Hace casi veinte años, enamorado, escribí una visita imaginaria al poeta. Todos los datos son absolutamente ciertos, todas las frases, todos los lugares y sobre todo el sentimiento, el respeto y la devoción por la obra nerudiana, pero no la visita en sí. Ya el poeta llevaba más de diez años bajo tierra cuando escribí el texto, y más de treinta cuando fui en carne y hueso a Chile y recorrí sus residencias en la tierra y tomé algunas fotos. Todas las casas tienen su sello. “Cuando se quiere buscar un sitio hermoso, hay que preguntar a un poeta”, dijo Matilde Urrutia.
La Chascona, cuyo nombre festeja los cabellos rojizos y ensortijados de Matilde, que siempre andaba despeinada, sirvió en un principio de residencia furtiva de sus amores. Neruda vivía entonces con su esposa (desde 1934) Delia del Carril, La Hormiguita, una pintora y escritora argentina que conoció en España cuando estaba casado con la holandesa María Antonieta Haagenar Vogelzanz. Ah, madre mía, estos poetas: de mujer en mujer. Pegada al pie del Cerro San Cristóbal, al fondo de la calle Fernando Márquez de la Plata, en el barrio Bellavista, todavía respira el amor de los amantes. Ahora es un museo y prohíben tomar fotografías. Se mantiene allí una parte de la biblioteca del poeta,  pero no pude hojearla porque no tenía las conexiones necesarias para un permiso. Expuesta al cielo, escondida y alejada, pero frente al mundo, como las otras dos casas, así es La Chascona. El poeta vivía entre dos casas, entre Delia, que le llevaba veinte años, y Matilde, que le revolvía la sangre, hasta que la esposa descubrió el secreto que en Santiago ya conocía todo el mundo.
 En 1939 Pablo Neruda había comenzado a construir (con dinero de Delia, si no estoy mal) su casa más famosa, que compartió definitivamente con Matilde. Entre Quisco y El Tabo, a 124 kilómetros de La Chascona y 79 de La Sebastiana, Isla Negra es una casa de piedra y madera, hecha a través de los años, caprichosa y loca. Alargada como una serpiente y habitada por la magia de un extremo al otro, frente al mar, una de las pasiones más fuertes del poeta. Temo que en el fondo el poeta quería hacerse un barco para sus juguetes de niño grande, sus coloridas botellas, sus caracolas, sus mascarones de proa: “La Guillermina”, que trajo del Perú, “La Medusa”, maltratada por los años y la sal de los mares, “María Celeste” y sus lágrimas. En el jardín (desde 1992) reposan ahora los huesos de Neruda y Matilde (me consuela imaginar que día y noche, y para siempre, las olas del mar de Isla Negra salpican sus pies) mientras los enamorados siguen escribiendo mensajes en los cercos de madera. Con mano temblorosa allí mismo escribí una confesión de amor que ahora callo.
La casa de Valparaíso permaneció abandonada durante 18 años, desde la muerte de Neruda, y luego de dos años de restauración, se abrió al público en 1992. La Sebastiana debe su nombre a Sebastián Collado, que la dejó inconclusa. Neruda la descubrió en 1961, cuando buscaba un sitio tranquilo para vivir y escribir, y la inauguró el 18 de septiembre con banderas, vino y empanadas.  (Hace exactamente medio siglo.) Valparaíso es uno de los lugares más bellos de la tierra. Con razón a Neruda le encantaba recorrerla. Es un regalo para los ojos. La casa de Neruda,  alargada, afilada, con delgada cintura de muchacha, se levanta arriba en la montaña, en el Cerro Florida, para más señas, y a vista es sencillamente espectacular. La entrada principal da la calle Ferrari, pero cuenta con otra entrada, con una salida, diría, estrecha y medio clandestina, que da a un sinuoso callejón. Imagino ese callejón como un río que más abajo encuentra calles más amplias que tarde o temprano dan al mar. Neruda vivió tiempos difíciles en su patria y no estaba de más una salida de emergencia. Las casas vecinas, según entiendo, pertenecían a esos españoles que salvó de una muerte casi segura en la guerra civil y quienes sin duda estaban dispuestos a arriesgar el pellejo por el poeta.




miércoles, 28 de septiembre de 2011

Diario / Manojo de besos

Ilustración de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas
Manojo de besos
Las mejores escenas de amor
28 de septiembre de 2011




Amanecí con un insoportable grado de debilidad, como si hubiese escuchado boleros en los sueños. Me acordé en la cama de Cinema Paradiso, donde la censura no permite que se exhiban los besos de las películas y el proyeccionista los guarda en una caja para su propio regocijo. Amanecí con ganas de devorarme entera esta caja de chocolates.
Encontré otra en el ciberespacio.
Una antología de besos, una antología de escenas de amor de media docena de películas. No son en absoluto las mejores escenas pero merecen un lugar de privilegio. Este es el primer video de Sammy Yackally y no es perfecto, como él mismo manifiesta. Sólo espera que el público lo disfrute. Lo hizo por diversión y no pretende adueñarse de nada, por supuesto. La música es de Rob Costlow y el tema se titula Woods of Chaos. Las películas (mencionadas al final del video) son Atonement, Australia, The Illusionist, The Incredible Hulk, The Notebook y The Painted Veil.
Este día se pasará volando, como un suspiro.



jueves, 22 de septiembre de 2011

Triunfo Arciniegas / Entre la magia y el silencio



Fotografías en blanco y negro, tomadas entre 2006 y 2009, en las montañas de Pamplona: Chíchira, El Naranjo, Alcaparral, Altogrande, Ulagá. Más información en el prólogo.


Triunfo Arciniegas
Entre la magia y el silencio
Ediciones Gato Negro, 2011


viernes, 16 de septiembre de 2011

Triunfo Arciniegas / Cuadernos de literatura



Vida y obra de Triunfo Arciniegas, con ensayos de renombrados críticos colombianos, entrevista, fotografías de las tapas y comentarios de los libros publicados hasta 2009. Además, maravilloso diseño de Camila Cesarino y dirección editorial de María Fernanda Paz Castillo.



Triunfo Arciniegas
Cuadernos de literatura
Bogotá, Biblioteca Nacional de Colombia, 2009.
76 páginas.


jueves, 15 de septiembre de 2011

Diario / Cuando llegaban cartas

El filo de la montaña, 1992
Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
CUANDO LLEGABAN CARTAS
14 de septiembre de 2011

Hace años, muchos años, uno de mis placeres era la visita a la oficina de correos. Como entonces vivía fuera de Pamplona, fuera del casco urbano, donde no asomaba el cartero, pagaba lo que llamábamos un apartado aéreo, una casilla para recibir cartas y paquetes. No siempre me escribían. O casi nunca me escribían. Pero iba al correo con todo el entusiasmo, como el apostador que asiste a las carreras con la renovada certeza de que su caballo dejará atrás a los otros, y con tres o cinco o hasta una docena de cartas que, según mi razonamiento, me daban derecho a esperar otras tantas.
No cambiaba por nada la dicha de encontrar un sobre en esa caja abierta a otros mundos, en esa ventana al universo. Todavía me veo asomándome y viendo por entre los huequitos si había algo, todavía me veo buscando con impaciencia la diminuta llave y abriendo la puertecilla con mano temblorosa. A veces esculcaba el vacío con la misma mano por si los ojos me engañaban. A veces había suerte. Salía con el botín intacto a la calle y caminaba hasta una panadería cercana que aún existe, pedía una Coca-Cola y un pan de agua y leía con ansia.
         No existía el correo electrónico.
         No existían los celulares.
         Ni siquiera existía el fax.
         Ni siquiera tenía teléfono en casa.
         Los correos electrónicos son breves, van a lo esencial, se parecen a los antiguos telegramas, e incluso ya no son personales. Alguien escribe una nota y la envía a cien o doscientas personas. O a veces ni siquiera la escribe. Recibe un correo y lo reenvía tal cual. La carta en cambio era para alguien, solo para alguien, alguien que uno había imaginado línea tras línea, y la carta se convertía en una página del diario. Uno desnudaba su alma, confiaba sus sueños o compartía sus desdichas con ese alguien. Uno pensaba cosas despacio, planeaba y escribía durante horas y a veces días, desechaba borradores, pulía un párrafo, hasta confeccionar algo digno de los ojos ajenos. Y la carta demoraba en llegar a su destinatario por lo menos tres días. Los tres días bien podían convertirse en una semana o un mes, y entre carta y carta sucedían cosas, preciosos materiales para trabajar en las siguientes cartas.
         Me hice escritor precisamente por las cartas. Cuando papá decidió que nos fuésemos a vivir a Pamplona, más allá del páramo, y en Málaga quedó mi abuela Emperatriz, el amor de mi vida, comencé a escribirle cartas aunque ella no supiera leer ni escribir. El material real se me agotó pronto y entonces inventé. Me hice una vida en la mente. Le escribí a mi abuela las coplas que le contaba los domingos y le mandé mis mejores dibujos.
         Me quedé con el vicio de la escritura.
         Luego escribí libros.
Las cartas fueron la ventana al mundo y me sirvieron para encajar en una dolorosa realidad, una realidad que aún me queda por lo menos diez tallas más grande. Escribía cartas como loco, como si viviera en el siglo XIX o algo así. Me dicen que Rilke escribió cinco mil. Escribía cartas, largas cartas, y de veinte me respondían una, y aun así seguía escribiendo.
         Era como si esperara la carta que cambiara mi vida. Que me sacara de mi propia existencia. ¿Qué demonios quería? ¿Que bratara de un sobre el genio de la botella? No lo sé con certeza, pero creo que sigo esperando esa carta.



miércoles, 14 de septiembre de 2011

Diario / Por un puñado de dólares

Paisaje quiteño
Hotel Quito, Quito, 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Mirando el avión
Plaza Grande, Quito, 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Bufanda con pasaporte y dólares
Hotel Quito, Quito, 2011
Fotografía de Trunfo Arciniegas

Alicia en la mitad del mundo
Ciudad Mitad del Mundo, 20 de mayo de 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Laura Antillano y Triunfo Arciniegas
Quito, Ecuador, 19 de mayo de 2011

Francisco Hinojosa, Marina Colasanti e Irene Vasco
Quito, Ecuador
17 de mayo de 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Florecita quiteña
Ichimbía, Quito, Ecuador
22 de mayo de 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
POR UN PUÑADO DE DÓLARES
Quito, 26 de mayo de 2011

El lanzamiento de Lupita (El último viaje de Lupita López, SM, 2011) fue el 13 de mayo, en la Feria del Libro, y me quedé en Bogotá hasta el 16. Una estadía de dos semanas, porque llegué a principio de mes. Estoy en Quito desde las tres de la tarde del lunes 16. (Coincidí en el vuelo con Fanuel Díaz y en el aeropuerto vivimos juntos la primera experiencia con el país: un niño de la calle ofreció cambiarnos un billete de veinte euros por dólares.) En el hotel Quito estuve una semana, hasta el lunes 23. Un bello hotel de cinco estrellas, con tina, piscina, jacuzzi y todo lo demás. La comida, una delicia. Comí como una bestia, sin control. Me metí en la tina casi todos los días y en la piscina solo el último día. Participé en el Encuentro Internacional de Escritores entre el 17 y el 19 de mayo. Hice mi ponencia el 19. El público se rió, como era mi propósito. Irene Vasco y Fanuel dijeron que había sido la mejor. Algunas amistades: Juana Neira, Ana Carlota, Soledad Córdova, Marco Chamorro. Volví a ver a Marina Colansanti, a Francisco Hinojosa, a Enrique Pérez Díaz. Con los escritores que escriben para niños la relación es más fácil: su ego no es tan grande, sus ambiciones no son tan desmedidas, no se creen García Márquez. La obra se la dejamos a los niños y nos ocupamos de otras cosas. El 20 de mayo fuimos a la mitad del mundo. En el autobús me senté junto a Alicia Barberis, una argentina que me espera en Santafé como amigo y no como enjabonador real. Nos conocimos en Cartagena de Indias hace unos once años. El 21 y el 22 de mayo se realizó la maratón de cuento, en el centro cultural Ichimbía. El 21 conté Carmela busca novio y el 22, Caperucita Roja. Hice de murciélago en la presentación del cuento de la Crespo, otra amiga que me encantó. No conseguí amor sino amistades. Liseth Correa no quiso verme. Cosecha quiteña, bonita mujer, hermosa mujer de veinte años, pero no quiso nada.
Salí del hotel Quito el lunes 23 y me instalé por una noche en un hostal, a un tiro de piedra del parque de la Alameda. Luego me pasé al hotel Cristal, por los mismos rumbos: diez dólares la noche. Marco Chamorro y su mujer me han invitado a quedarme en su apartamento. Voy a pensarlo. He estado caminando con la cámara por Quito, sin rumbo, sin programa. Quería renovar el pasaporte pero piden cita por internet y se demoran entre diez o quince días en entregarlo. De pronto no me alcanza el tiempo. A la entrada de Ecuador no me sellaron el pasaporte porque tenía menos de seis meses de vigencia: me pidieron la cédula. Se me complica el viaje a Perú.
El 24 de mayo, cumpleaños de Vanessa, almorcé salmón con Doris Arroba y le propuse El niño que tragaba oscuridades. Doris trabaja en Manthra, la editorial de Leonor Bravo. En la tarde fui a una entrevista en la radio con Juana Neira. Bonita entrevista, pero qué mal me expreso. Me trago sílabas y dejo ideas sin redondear. Me sentí muy bien, muy tranquilo, a pesar de todo. Juana, aparte de bella, es una excelente conductora. Leí Caperucita Roja.
Esta tarde estuve de compras. Primero un maletín de diez dólares para dejar en el hotel Castel los libros que me han regalado y que pienso enviar por correo, y luego un pantalón de veintidós dólares porque llevo diez días con el único que traje de Colombia. También compré un morral (veinte dólares) para renovar el mexicano que me ha salido tan bueno pero que con esos cierres que ya no funcionan presenta un aspecto poco agradable. Los arreglos de Alejandra no funcionaron. También tengo igual de desbaratado el morral anaranjado que reservé durante mucho tiempo para el portátil.
Total de compras: cincuenta y dos dólares. El desayuno criollo, con arroz, huevos y pollo, pan con queso, jugo y café en leche: tres con setenta. La comida (malísima): dos con cincuenta. Para la cena, un té y un pan, ochenta centavos. Total de gastos en comida: siete dólares. En internet gasté unos tres dólares y más o menos uno en llamadas locales. Si a esto le sumo el hotel, serían un poco más de setenta dólares. Significa que si, exceptúo las compras, una cosa excepcional, el día sale por unos veinte dólares, es decir, menos de cuarenta mil pesos. No está mal, nada mal, mucho menos que en Bogotá, que no bajaría de cincuenta mil pesos.
Vuelo mañana a Cuenca, Nuestra Señora de los Cuatro Ríos de Cuenca, patrimonio cultural de la humanidad, sigo por tierra hasta Azogues y regreso en tres días. Luego iré a Guayaquil y Machala. Si Cuenca me gusta lo suficiente, repetiré la visita: podría viajar desde Machala o Guayaquil. Además, por el rumbo norte, espero visitar el famoso mercado de Otavalo antes de regresar a Colombia.




martes, 13 de septiembre de 2011

Diario / Un animal de siete cabezas

Cabeza, 2003
Ilustración de Triunfo Arciniegas
Triunfo Arciniegas
UN ANIMAL DE SIETE CABEZAS
12 de septiembre de 2011

Festejaba las primeras quinientas visitas al blog en Shakira y yo, una nota un tanto irónica publicada el 5 de  febrero de 2011, a propósito de las mil millones de visitas que redondeaba la cantante colombiana en Youtube, un record imposible de igualar en esta vida y las siguientes. Entonces el blog tenía tres cabezas: FICCIONES, DE OTROS MUNDOS y MESTER DE BREVERÍA. Me veía a gatas para dar de comer a las tres cabezas del cancerbero y me sentía como con trillizos y la suegra de visita. Ahora el monstruo tiene siete hambrientas cabezas y sería una locura alimentarlas todos los días. Comen dos o tres (es decir, hago dos o tres entradas diarias), y el resto espera hasta una semana. Solo en DE OTROS MUNDOS, que ya alcanza sus primeras treinta mil visitas, se publica algo cada mañana: un cuento, un poema, una noticia, la reseña de un libro o el registro de una exposición, una entrevista, una canción famosa, una cita curiosa. A veces dedico una semana a un autor importante. Para este blog hacen falta días. Las entradas se amontonan, se acosan, se desesperan por alcanzar los ojos del lector.
Escribía hace seis meses: “Las tres cabezas del cancerbero están conectadas por hipervínculos. Con un click el visitante puede navegar a su antojo, sin permiso alguno y absolutamente gratis. Ciertos temas pueden llevarlo a otras partes del mismo blog o de pronto a Youtube o a Letralia, esta maravillosa revista, casa de los escritores latinoamericanos”.
         Las siete cabezas están conectadas por hilos visibles e invisibles. Tres blogs se escriben en español (FICCIONES, DE OTROS MUNDOS y BIOGRAFÍAS), uno se pretende bilingüe aunque no lo consigue del todo (MESTER DE BREVERÍA) y tres se presentan en inglés (KISS, DRAGON y BIOGRAPHIES). BIOGRAFÍAS recoge la vida de los autores presentados en DE OTROS MUNDOS y MESTER DE BREVERÍA, y BIOGRAPHIES, los autores de KISS y DRAGON. Tanto en BIOGRAFÍAS como en BIOGRAPHIES están los enlaces de los textos publicados en los otros blogs. Si el lector quiere saber qué archivos tenemos de tal autor, le basta con entrar a estos dos blogs. No están todos los autores registrados ni nunca lo estarán, pero hemos hecho lo que se puede.
Las siete cabezas están conectadas por hilos muy visibles. Por ejemplo, Cortázar. En DE OTROS MUNDOS hace poco presenté un novenario de Julio Cortázar que empecé con un poema en su propia voz, “Los amantes”, y concluí con su obra maestra, “El perseguidor”, embellecido por la lectura de un fragmento en la voz del autor y banda sonora de Charlie Parker, por supuesto, y ahora estoy publicando textos de Cronopios y Famas en MESTER DE BREVERÍA. En BIOGRAPHIES y BIOGRAFÍAS (con un maravilloso record de quince enlaces) puede leerse la vida del escritor argentino tanto en inglés como en español. “Para variar”, las dos últimas entradas de DRAGON tratan de Julio Cortázar, la primera sobre cómo leían él y Aurora Bernárdez en los trenes, cuando compraban libros baratos y arrojaban por la ventanillas las páginas leídas para evitar el exceso de equipaje, y la otra entrada se refiere a los cuatro mil libros de su biblioteca. ¿A quién no se le cae la baba con Cortázar en cinco de las siete cabezas del blog? En KISS, a propósito de los treinta y ocho años de la muerte de Neruda, publico ahora versiones en inglés de sus poemas más famosos. Neruda tuvo su semana en DE OTROS MUNDOS y tendrá otras, por supuesto.
         Pero hay hilos que el lector advertirá con paciencia. Un ejemplo: hice varias entradas sobre Jessica Lange (mujer de Sam Shepard desde hace treinta años) como fotógrafa y actriz. Una de esas entradas está firmada por Patti Smith, que fue amante de Mapplethorpe y uno de los amores juveniles de Sam Shepard. He dedicado dos o tres entradas a Sam Shepard como actor y como poeta y apenas empiezo con su obra. Mapplethorpe, uno de los grandes fotógrafos del siglo XX, está pendiente en DE OTROS MUNDOS. Las fotos que le hizo a Patti Smith serían una entrada preciosa. Hace dos años o algo así Patti Smith publicó un libro sobre su relación con el fotógrafo, Just Kids, y me muero por leerlo. Algo escribiré cuando tenga esa  dicha.  
De manera que, como decía hace seis meses, se me hace agua la boca al pensar en las maravillas que recogeré, frutos luminosos para pasar la noche o jugosas presas para aliviar el escándalo de las tripas del monstruoso cancerbero. (Entonces un cancerbero común y corriente de apenas tres cabezas.) Me fascina este perpetuo estado de cacería, el susto de ladrón en casa ajena y la certeza de que volveré con el tesoro o al menos una muestra, una moneda reluciente, insoportable para la codicia del lector.
     Decía hace seis meses: “Belleza es lo que ofrezco, algo de fascinación, un bradburiano remedio para melancólicos, un exquisito puerto para los bebedores de relámpagos. Conjugación de palabras e imágenes, arquitectura del lenguaje para los ojos y traba para la mente. Y como diría Nabokov, que no disfrutó de estos universos, una poderosa corriente recorre la columna vertebral”. Y vuelvo a decirlo ahora.



lunes, 12 de septiembre de 2011

Diario / Consideraciones sobre el amor y el hambre

El beso, 1992
Ilustración de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
CONSIDERACIONES SOBRE EL AMOR Y EL HAMBRE
11 de septiembre de 2011

Oí la frase en una película barata: “El amor llena las neveras”. Lo dice una mujer sola, cansada de llegar a una casa vacía todas las noches y encontrar en la nevera nada más que un limón. El entusiasmo, el placer de compartir las cosas buenas de la vida, la pasión por la otra persona, todo eso hace que la nevera se mantenga llena. Uno solo come cualquier cosa. Pero cuando alguien viene a casa el cuento es otro. Hasta un pocillo de café tiene sentido. Mucho más una botella de vino y unos espaguetis. El camino al corazón pasa por el estómago. Una gorda me decía hace unos años, muerta de risa, que el amor más sincero es el amor a la comida, pero ese es otro asunto.
Se dice que amor con hambre no dura y que cuando el hambre entra por la puerta el amor sale volando por la ventana. Hay que mantenerse alerta. Creo que lo uno viene con lo otro. Si se ama se tienen ganas, y se tienen ganas, se trabaja. Y si se trabaja hay esperanza, hay sueños.
El amor bueno es propio de la adolescencia, me parece, y es un amor hambriento en todos los sentidos. Luego, cuando se tiene todo, el amor va escaseando. “Ya no ilumina como ayer”, dice una canción. Hasta que uno muere viejo, solo y lleno de plata, vida malparida. No siempre es así, pero ha sucedido. Toco madera.
Amanecí con la filosofía en la cama, con filo, con hambre de Sofía y de otras. El tedio de los domingos, la eternidad de las tardes, la geografía del culo del mundo donde vivo serían las circunstanfláusticas razones. Desde hace años pienso en un libro, Filósofo de semáforo. Todos mis proyectos son a largo plazo y estas líneas encajarían como anillo al dedo en sus páginas.




domingo, 11 de septiembre de 2011

Diario / Lecciones de Philip Glass

Philip Glass
Florencia, 1993

Triunfo Arciniegas
Lecciones de Philip Glass
10 de septiembre de 2011

Philip Glass (Baltimore, 1937), judío, vegetariano y budista, prolífico y versátil, ha compuesto más de 20 óperas, ocho sinfonías, conciertos para piano y conciertos para violín. Ha colaborado con Paul Simon, Linda Ronstandt, Yo-Yo Ma, Doris Lessing y Robert Wilson. Ha realizado la música de películas tan consagradas como Mishima (Paul Schrader, 1984),  Kundun (Martin Scorsese, 1997), The Truman Show (Peter Weir, 1998), Las horas (Stephen Daldry, 2002), El ilusionista (Neil Burger, 2006), Notes on a Scandal (Richard Eyre, 2006).
Pero las cosas no fueron fáciles. En los tiempos duros, mientras componía e interpretaba, fue taxista y reparador de electrodomésticos. La música de su primera época se considera repetitiva, austera, complicada para el oyente. Glass decía que si alguien del público (a veces no más de cincuenta personas) se quedaba hasta el final lo invitaba a la cena.
Su suerte mejoró con la ópera experimental Einstein on the Beach (1976), pero no hasta el punto de librarse de su trabajo de reparador. En las óperas de los años 80 su estilo se hizo más accesible para el gran público. Se diría que se “dulcificó”. La consagración mundial le llegó con Koyaanisqatsi (1982), una película experimental dirigida por Godfrey Reggio y producida por Coppola. Su reconocimiento no es unánime. Algunos críticos consideran su música poco rigurosa. Primero difícil y ahora empalagosa y superficial.
Ha sobrevivido a cuatro matrimonios.
Ojalá las líneas anteriores, demasiados simples para una obra tan rica y extensa, sean apenas un abrebocas para el lector, y a continuación, sin más preámbulos, unas piezas de Philip Glass, "fáciles y pegajosas", como diría algún crítico, simples y bellas, bandas sonoras de cuatro películas memorables: “Sin aliento”, “El ilusionista”, “Mishima” y “Kundun”.




Valerie Kaprinsky
en una escena de Sin aliento (Breathless, 1983)
Música: Philip Glass, "Opening", Glassworks



Richard Gere y Valerie Kaprinsky
Escena de la piscina
Sin aliento (Breathless, 1983)
Banda sonora de Philip Glass



Edward Norton y Jessica Biel
Escena de amor de "El ilusionista"
Música: Philip Glass



El Ilusionista
Banda sonora de Philip Glass


Mishima
Closing
Philip Glass



Kundun
Sand Mandala
Philip Glass




sábado, 10 de septiembre de 2011

Diario / Las pequeñas dichas, las pequeñas desgracias

La lagartiija y el sol
Ilustración de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
Las pequeñas dichas, las pequeñas desgracias
9 de septiembre de 2011


Ayer le tenía listos los cuatrocientos mil pesitos a Alejandra. Se los gana bien. Hace dos meses le pagaba trescientos cincuenta, pero decidí subirle el salario. De hecho, el mes pasado le pagué cuatrocientos. Y este mes en realidad le di cuatrocientos veinte mil. Tiene sus gastos. El mes pasado se le estropeó el disco duro y se le fue la mitad del salario en uno nuevo. Además, las máquinas de su taller dan gastos. Se los gana bien. Digita materiales para subir a los blogs, realiza diligencias en la ciudad, saca a pasear los perros, me asesora en internet e incluso en cuestiones de inglés. Y me da su compañía, aparte de que prepara el almuerzo y mantiene limpia la casa. Todo eso en medio tiempo: llega a las ocho y se va a la una. Desayuna y almuerza en mi casa. El resto del tiempo hace un curso en el Sena y atiende el taller que un día será una próspera empresa. Trabaja en el apartamento del  edificio Rossy (donde dispone de un cuarto grande y uno pequeño con baño) y vive en San Pedro  con su mamá, Verónica y Vanessa. Hicimos negocio con uno de mis DVDs, aunque siempre me tumba en los negocios. Me dio sesenta mil pesos. Se fue feliz. Alejandra, mi niña preciosa.
René, por su parte, sigue gastando dinero en el Lada. Si no es una cosa es otra. La semana pasada la dedicó al arreglo de la Bronco. Me la trajo de Cúcuta el fin de semana, con el SOAT vencido, y le di los setecientos que costó la gracia. Tuvimos que cambiar una parte de la caja, pero quedan pendientes las llantas, el matamoscas y algo más que en el momento no me acuerdo. Mejor dicho, no tiene cuando. Y la Bronco pasa la mayor parte del tiempo en el garaje. Ninguna mujer da tantos gastos como un auto, carajo. Y ahora René está gastando su propio dinero en el Lada. Hace poco le colaboré con doscientos mil porque en realidad su salario de profesor no le alcanza. Gana menos de un millón y tiene que pagar arriendo y comida, entre otras cosas. Tira la toalla de cuando en cuando, pero no puede con  su pasión por ese Lada. Uno de estos días lo arrojamos al río.
Antier vino Lorena a ver a Michelle y decidió que no era hora de sacarle los puntos. Debemos seguir tratando la herida una semana más. Ya le quitamos ese gorro de campana que evitaba que se mordiera la barriga. Tampoco tiene la camisa naranja que la hacía ver tan chistosa. Algunas madrugadas salgo con ella y con Pedrillo. Ya no voy por la autopista desde el accidente. He subido a San Pedro, sudoroso y acezante. Voy cada vez más arriba. Terminaré alcanzando el cielo de las puertas de la Casa de Ejercicios Espirituales.
Ayer estuve dedicado a la música todo el día: Philip Glass y José Alfredo Jiménez.  Merece su explicación semejante contraste. La noche del miércoles me dediqué a investigar y bajar videos de Philip Glass para preparar una entrada del blog. Y todo porque di con una escena de Sin aliento (Breathless, 1983), que me encanta. Valerie Kapriski, acosada por el calor de la tarde, disfruta de la brisa del ventilador con el torso desnudo. La recorre el sudor mientras contempla en la cesta de la basura la foto del profesor y, en la mesita, junto a un florero, la foto del bandido, de Jesse En cierta forma está decidiendo su destino. Con el profesor la vida organizada y respetable, los hijos y todo lo demás. Pero con Jesse, aventura y desastre, pasión e incertidumbre, una vida intensa y breve. Se levanta, se acomoda la blusa debajo de la falda mientras camina, se pone los zapatos y abandona la habitación. Y todo eso mientras se escucha “Opening”, la primera parte de Glassworks (1982). Desde que vi la película, a finales de los ochenta, me ha fascinado esta música. Así que ayer decidí explorar la obra de Philip Glass y empecé a organizar la entrada en Ficciones.
Esta mañana tropecé con una canción de José Alfredo Jiménez, La enorme distancia. Me dolió y me hizo acordar de ciertos amores. Me dieron ganas de un tequila. Oí la canción una y otra vez, copié su letra y terminé haciendo una nueva entrada en el blog. Me lancé a otra canción que me encanta, El corrido del caballo blanco, y a una más, El jinete, que tiene uno de los principios más bellos de la música ranchera: “Por la lejana montaña va cabalgando un jinete”. Dejé en borrador estas entradas porque el internet se puso lento con la subida de los videos. Con otro impulso las completo. Me gustan las canciones de José Alfredo Jiménez desde niño y sé que me gustarán el resto de vida. México lindo y querido, cuánto te volveré a ver.
Volví a Philip Glass. Me tendí en el piso a escuchar todo Glasswoks y otras maravillas que bajé anoche. Me sentí volar. Me fui a otros mundos. No es frecuente que me dedique a escuchar música. Desde hace años trabajo en silencio. Tal vez por eso me atrapa de esa manera. Con Philip Glass me fui a un atardecer frente a la playa, a cierta compañía, a cierta felicidad que anhelo.




viernes, 9 de septiembre de 2011

Diario / El rabo de Paco, de Triunfo Arciniegas



Triunfo Arciniegas
El rabo de Paco
8 de septiembre de 2011

Feliz noticia: tengo un nuevo libro en Fondo de Cultura Económica de México,  que en años pasados editó Los casibandidos que casi roban el sol, El vampiro y otras visitas, Carmela toda la vida y Roberto está loco. La dicha es grande. El rabo de Paco estuvo  a punto de quedarse en el baúl de los manuscritos porque se presentaron tropiezos con la editorial. Le metieron mano al texto y en realidad se les fue la mano. Nunca un editor había sido tan descarado con un texto mío. Siempre me habían tratado con respeto, digamos, y me habían consultado ciertos cambios con cautela y diplomacia. En esta ocasión incluso eliminaron un personaje de la historia. Y si la historia tiene solamente dos, la cosa es grave. Es como si al pescador de El viejo y el mar le quitaran el pez o como si al coronel que no tiene quien le escriba le quitaran el gallo, y qué pena con estas comparaciones tan arrogantes. Como si a Lupita (El último viaje de Lupita López, SM, 2011) le quitaran el pez, digamos, para mantenernos en los símiles domésticos. Cuando recibí la espantosa propuesta de FCE con el texto masacrado, decidí que no habría libro y decidí que, si llegaba a publicarse, sería tal y como yo lo escribí. O todo o nada. Sobre ese original se hizo el contrato, entre otras cosas, y si el original no era suficiente bueno entonces no debieron aceptarlo. Pasaron meses y al fin salió el libro con mi propio texto. El ilustrador, un aprendiz, no me gusta. No es que me molesten, pero tampoco me matan sus ilustraciones. En fin, el asunto quedó así, y espero que los lectores reciban mejor que yo a este gato sin rabo. Me he dado cuenta que el autor no es propiamente objetivo con sus criaturas. Suerte y dicha para El rabo de Paco. Siete vidas para el gato sin rabo.
Así que este año de gracia de 2011 ha sido maravilloso en publicaciones. Van cuatro y de pronto serán cinco. Publiqué con Lumen, propiedad de Mondadori, Las barbas del árbol, que tuvo problemas de edición y enfureció de muerte a Fabricio Vanden Broeck, su ilustrador. Espero que pronto haya una reimpresión que remedie las cosas. En Mondadori hubo ciertos problemas, María Fernanda Paz Castillo (mi editora) renunció porque ella y la editorial no veían las cosas de la misma manera y mi libro pagó las consecuencias. Mafe pasó al mismo cargo en SM, donde tenía empantanado El último viaje de Lupita López. Me pagó con creces el abandono de Las barbas del árbol porque rescató con mano sabia a Lupita. Así es, este año de gracia de 2011 publiqué en SM uno de los libros más preciosos de mi vida, con maravillosas ilustraciones de Henry González, que es todo un artista, un camaleón, un señor pintor. Tapa dura e impresión impecable. Carlos Sánchez Lozano, Mafe y su mano derecha, Camila Cesarino, hicieron un magnífico trabajo. El tercer libro de 2011 fue una nueva edición de Noticias de la niebla en Ediciones Pluma de Mompox, como parte de la colección Voces del fuego. Es uno de mis pocos libros para adultos, uno de mis consentidos, un libro que he trabajado por más de treinta años, qué barbaridad. El cuarto libro, por supuesto, El rabo de Paco, motivo de estas líneas. Y el quinto sería Mujeres, mi único libro de poemas, porque, en realidad, se trata de Cuerpo de amor herido más otra sección, “Mujeres”, la más importante, por supuesto. Veremos si Jaime Fernández, dueño y señor de Entreletras, cumple su retrasada promesa.
Cuatro libros y tal vez cinco en un solo año me parece una absoluta maravilla, aunque debo precisar que es el resultado de años de trabajo. Se nos fueron tres años en la edición de El último viaje de Lupita López, que tuvo sus problemas editoriales y estuvo a punto de quedarse en la oscuridad. Celebro por igual la suerte de Lupita y El rabo de Paco. El tiempo ha ido despacio desde que renuncié al magisterio. He ido lento en el tiempo, para decirlo de una manera más precisa, esperando el empuje o la iluminación para empresas mayores. En vez de escribir (algunas veces cae el poema, un texto breve, un cuento) me he dedicado a los blogs y me regocija el resultado. Ya llegará el momento de bajar el ritmo. He perdido un par de concursos. He viajado, no tanto como hubiera querido. Fui a Brasil, Argentina y Ecuador, y tengo un montón de países pendientes. La fotografía ha ido bien, pero la ilustración se ha quedado en veremos. Espero que las aguas de la creación se agiten. Tengo esperanzas con el viaje a México, donde siempre termino escribiendo a toda máquina.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Diario / Machala

Se diría que es la felicidad
Machala, Ecuador, 12 de junio de 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas
Estado de perfección
Machala, Ecuador, 12 de junio de 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas
Amor en Machala
(Por qué no me fui en un maldito barco hace cincuenta años)
Machala, 12 de junio de 2011
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
Machala, Ecuador
13 de junio de 2011

Salgo mañana temprano de Machala, capital mundial del banano, para Huaquillas, ya en la frontera con Perú. A Machala llegué ayer después de mediodía. Había pensado quedarme en Guayaquil, pero no encontré habitación en ninguno de los nueve o diez hoteles del centro donde pregunté. Era domingo y casi todo estaba cerrado. Decidí volver a lo que creí que era el terminal de transportes, frente al aeropuerto. Quería pasar al baño. Supe donde era el verdadero terminal y tomé otro autobús. Entonces viajé a Machala. Me hospedé al lado de la oficina de  la empresa que me trajo, descansé un rato y comencé a explorar. Supe que la línea 13 lleva al puerto y la tomé. Hice algunas fotos y regresé en la misma línea, que me dejó en el parque central de Machala, a escasas tres cuadras del hotel. Ida y vuelta: cincuenta centavos de dólar. Como para no creerlo. Hoy volví al puerto y tomé más fotos. Disfruté de un sabroso ceviche de cangrejo y volví al centro. Dormí en la tarde y en la noche averigüé como viajar a Huaquillas. Hoy me conecté en tres lugares para subir unas fotos de Machala tanto en Facebook (apenas cinco o seis) como en Ficciones (creo que veintidós) y otras de Otavalo (apenas tres en Facebook). Le envié nueve fotos a Marco Chamorro. Se las tomé hace dos días en el Parque Metropolitano de Quito. Primero me conecté en un internet a unos doscientos metros del mar pero resultó insoportablemente lento. Casi no hice nada. Luego, en el centro, me conecté apenas unos minutos porque cerraron.  Terminé el trabajo cerca de la flota que me llevará mañana a Huaquillas.
De Quito salí el sábado 11 en la noche, a las 9:10 de la noche. Vanessa y Marco Chamorro me llevaron hasta la estación Imbabura. Nueve dólares hasta Guayaquil: ocho horas de viaje. Me tocó sentarme al lado de un gordo roncador. A veces se tiene esa mala suerte. El puesto era demasiado estrecho y me dolían las rodillas. Maldije casi todo el camino. Dormí a ratos. Estaba muy cansado y me faltaba sueño. La noche del viernes estuve devorando la biblioteca de Chamorro.
A Guayaquil llegué antes de las cinco de la mañana. Es una ciudad de contrastes, de asombroso progreso y profunda miseria. Hace dos o tres días, en un autobús de Quito, oí una conversación. Un hombre le hablaba de la Antigua Roma a un joven. Le decía que entonces era una ciudad peligrosa, llena de bandidos y criminales. “Como Guayaquil”, añadió.
Llegué antes de las cinco de la mañana y tuve que esperar hasta que amaneciera, dormitando sobre el equipaje. Luego tomé un autobús y fui al centro. Busqué hotel inútilmente. Desayuné en un mercado y fui al terminal. Decidí dejar Guayaquil para otra ocasión y me decidí por Machala.