domingo, 10 de febrero de 2013

Diario / Lengua y carnaval

Bella
Carnaval de Rio de Janeiro 2013
Foto de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
Lengua y carnaval
Rio de Janeiro, 10 de febrero de 2013


Ayer no fue un buen día: estoy enfermo. Soy todo mocos, tos, dolor de huesos, dolor de garganta. En cuanto a los remedios, no solo estoy en otro país sino en otro idioma.

La gente de parranda en Rio y yo sentado, con mis dolores, viéndola pasar. Creo que la mayoría son mujeres, bendito sea. Ya no se aplica el dicho de "la mujer en casa y el hombre en la plaza".

Es una fiesta bonita. Tal vez sea mi mirada. Tal vez sea el profundo afecto que tengo por los brasileños y los portugueses. 

Me estoy moviendo en el metro y en mototaxis: 3.20 y cinco reales.  La mototaxi subió un real por motivo de carnaval. Ya tengo la tarjeta del metro en el bolsillo.   Cerca de la estación Gloria, al principio de la rua Benjamin Constant, se encuentra el paradero de motos que suben como alpinistas a Santa Teresa. Leo el periódico todos los días, tal como me lo había prometido. En el viaje pasado aprendí a leer en portugués. Venía de Buenos Aires en ese entonces, junio de 2010, y había traído tres libros magníficos en español. Pero no leí ninguno porque el primer día compré La Metamorfosis en portugués y pude entenderla. Al fin y al cabo, me sabía la historia. Al día siguiente ya había despachado a Kafka. Después encontré Pedro Páramo, que había leído por lo menos cinco veces en español. Hay pasajes que me sé de memoria. Así que fue mucho mejor. Incluso pensé que el traductor al portugués se quedaba corto en un par de expresiones. Aprendí mucho, en todo caso, con este libro.

Luego seguí con un par de libros para niños y rematé con una maravillosa biografía de Anne Sexton, unas quinientas páginas que me bastaron para el resto del viaje. Como no sabía nada de la poeta norteamericana, cada párrafo descifrado era una delicia.  Parece que no solo daba lecciones en el territorio de la poesía sino en la cama. 

Así que ahora puedo leer revistas y periódicos y me atreví a crear un blog en portugués, Pessoa. Empiezo a enterarme de los asuntos propios de este país y me asombra el tamaño de mi ignorancia. Entro a otro mundo.




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