domingo, 7 de julio de 2013

Diario / Salma Hayek



Triunfo Arciniegas
Salma Hayek
7 de julio de 2013

"Soñé que era Salma Hayek y Quentin Tarantino me chupaba los pies", dijo la jarocha y se retorció hasta la orilla de la cama. Es Piscis y la habitan por igual la sensualidad de los Piscis y la pasión de los Aries. La Salma nació por estos lados, en Coatzacoalcos, pero se la pasa por el mundo: París, Nueva York, Los Ángeles. La jarocha no sale de Veracruz. En casa vive descalza y a cada rato se tropieza con la pata de una silla o con alguna caja fuera de lugar. Maldice como solo ella sabe hacerlo pero no busca unos zapatos. Y se gasta la mitad del suelo en zapatos. No entiendo este delirio suyo. Sus visitas a las tiendas de zapatos son casi un orgasmo, y casi siempre compra.


Me acordé de su frase ahora que preparo unas entradas de Tarantino. He vuelto a ver la escena donde Salma Hayek baila con una serpiente y mete su pie en la boca de Tarantino, que es el libretista y, por supuesto, uno de los actores de esta película, Del crepúsculo al amanecer. Los hermanos Seth (George Clooney) y Richard Gecko (Quentin Tarantino) huyen hacia la frontera mexicana debido a sus fechorías: robo y asesinato. México, según Hollywood, es el reino de la impunidad. Para colmo de males, por el camino los hermanitos toman de rehenes a los Fuller: Harvey Keitel, Ernest Liu y Juliete Lewis. El combo entero llega a un bar de camioneros y motociclistas,  Titty Twister, es decir, La teta enroscada, que abre hasta el amanecer, como teta que se respete. Allí es donde la Salma hace su famoso baile y derrama tequila en su pierna para que se lo bebe el sediento Quentin Tarantino, ante la absorta mirada de todo mundo. La película, dirigida por Robert Rodríguez, no es gran cosa, no es una de las grandes películas ni de Tarantino ni de Rodríguez, pero la escena del baile resulta memorable, y en realidad parte la película en dos. De pronto aparecen vampiros hasta en la sopa. Es como si Tarantino y Rodríguez se aburrieran del trabajo que han hecho hasta el momento y se decidiera sin pudor alguno por otra historia. 

La jarocha tiene su encanto pero la Salma es una de las criaturas más bellas del Universo, la obra maestra de este México lindo y querido. Los blogs son suficiente muestra de mi devoción. Desnuda o vestida, la Salma es la misma sustancia de los sueños, paisaje concentrado, fascinación de alta pureza.





He vuelto a ver los pies de la actriz fetiche de Tarantino, Uma Thurman. La famosísima escena del baile de Uma Thurman y John Travolta en Pulp Fiction es apenas un pretexto  de Tarantino para regodearse con los pies de la mujer. Travolta baila en calcetines, por supuesto. Después del baile, ya en casa, la cámara sigue los pies de Uma Thurma como si fuese un ratón, a ras del piso.

En Kill Bill volvemos a ver los pies de Uma Thurman. "Muévete, maldito dedo gordo", dice la mujer. En Malditos bastardos el turno es para la bellísima Diane Kruger. La lista sigue, por supuesto: Bridget Fonda en Jackie Brown, Vanessa Ferlito y Sydney Tamiia Poiter en Grindhouse. 

Volviendo a la frase de la jarocha, pienso que Tarantino tiene al alcance de su boca los pies de las mujeres más hermosas del mundo. Basta con que se invente otra película, y puede elegir a la actriz que quiera para concretar su fantasía. Tarantino nunca se enterará que alguna vez la jarocha soñó con su boca, así como la Salma nunca sabrá de mis delirios. Así es la vida.


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