viernes, 21 de noviembre de 2014

Triunfo Arciniegas / Diario / La sangre derramada


Triunfo Arciniegas
LA SANGRE DERRAMADA
21 de noviembre de 2014

Dos años negociando nuestro destino con los asesinos, y nada. Dos años manteniendo a estos parásitos de (rellene paréntesis con la palabra adecuada), y nada. En los noticieros, usted puede verlos gordos, rebosantes, cínicos. Hasta tienen el descaro de considerarse víctimas. El único consuelo es pensar que a todo puerco le llega su sábado. Y que todo pasa. Y que somos los ríos que vamos a dar al mar de los olvidos. Y que de nada sirvieron la ambición y la sangre derramada. Los muertos no regresan ni siquiera para los besos que quedaron pendientes. Ni para tomarnos un café en un oscuro bar de una ciudad cualquiera de este país de huérfanos y viudas. Ninguna negociación nos repone nuestros seres queridos ni hay cura en este mundo para tanto dolor. Un día nos iremos y no regresaremos. Pero ellos, los asesinos, tampoco. No volverán. Y no tengo por qué pedir perdón por mi abatimiento ni disculparme por tanta herida en el costado. Señores, veo este día en carne viva.


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