lunes, 1 de febrero de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Petro presidente III




Triunfo Arciniegas
Extraña manera de razonar
29 de enero de 2016



Qué extraña manera de razonar tienen algunas personas. Si digo que Petro hizo una mala alcaldía me responden hablando pestes de Peñalosa. Que el otro sea bueno o malo no tiene nada que ver con Petro. Me importa un pepino Peñalosa. Es como si dijera que Benedetti es mal poeta y me respondieran que Coelho es peor. ¿Qué tiene que ver el uno con el otro?



Qué extraña manera de razonar. No atacan el razonamiento sino se vienen contra mí. Dicen que soy un imbécil o que me las tiro de intelectual. No sé qué tan intelectual sea después de más de cincuenta libros publicados, cosecha de “mi intelecto”, pero imbécil no soy. Me he ganado la vida, no me he muerto de hambre y no se me escurre la baba. Tampoco soy una lumbrera ni he publicado tratados de filosofía, por supuesto, pero ahí voy. A veces pinto aunque no muy bien, viajo y tomo fotografías y de pronto alguna funciona, y ahí voy.


O peor aún, para continuar desmigajando esa extraña manera de pensar, dicen que subo mujeres desnudas a mis blogs. ¿Qué tienen que ver las mujeres desnudas con una opinión política? Mi fascinación por las mujeres no anula mi razonamiento. Frase discutible, lo acepto. Digamos que una cosa es la sexualidad y otra muy distinta una opinión política.

Sólo se trata de golpes bajos. Hay que destruir moralmente al otro para tumbar sus argumentos. Eso lo saben muy bien los abogados.

No soy un político, por supuesto, no me atrevería con una ciudad cuando ni siquiera puedo gobernar el caos de mi casa, me queda grande la economía y puedo enredarme hasta con la cuenta de la tienda, pero puedo ver, puedo pensar, puedo juzgar. Y tengo derecho a expresarme. Y sé que al menos hasta ahora no tendré que esconderme o elegir el exilio. Tampoco me expropiarán o me harán un juicio por cuestiones ideológicas o traición a la patria. Colombia es mi país y decidí quedarme. Sea egoísmo o no, me interesa su rumbo.

Y sí, Petro fue un alcalde desastroso. Y sí, me parece un tipo peligroso. No me parece buena persona: los testimonios de la gente que trabajó con él no lo dejan bien parado. Navarro Wolf dijo que Petro es su propio enemigo. No hay peor enemigo. Y sí, no quiero para mi país los desastres y los desmanes de su alcaldía: no quiero que repita en Colombia lo que ya hizo en Bogotá.

Por último, mi madre murió hace dieciséis años y ya no podrá enterarse si alguien me la mienta. Lo digo porque algunas personas,  qué extraño razonamiento, considerarán que mi madre tiene que ver con mis opiniones políticas.











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